Existen diversos tipos de problemáticas en diversidad funcional como son disminuciones auditivas, visuales, del lenguaje, deficiencia mental, parálisis o autismo, entre otras.

La música genera beneficios en la edad infantil y adulta de las personas con diversidad funcional, como mejoras en el desarrollo emocional, afectivo, en la motricidad, activa el estado corporal, mejora la comunicación, alivia las tensiones y la ansiedad.

Para atender a niñas y niños de educación especial, así como personas adultas, se recurre al material sonoro, cantos, ritmos o movimiento con el fin de promover estados de bienestar y motivación. Diseñamos actividades musicales basadas en el juego, la creatividad y la libertad. Así, el trabajo terapéutico resulta de más provecho y satisfacción.